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Cultura y sostenibilidad, una revolución ¿pendiente?

por Asunción Blanco


Si la etimología de nuestras palabras, de nuestro imaginario verbal, tuviera que corresponderse con una imagen, esta podría ser la de un ancla en medio de la inmensidad del mar, algo que nos permite tirar de la cuerda y llegar al fondo de nuestra identidad cultural. Pongámosla en práctica con un término al azar y comprobemos qué nos indica su raíz sobre su origen, pasado y presente. Buscando un término que nos ocupe en nuestro subconsciente sale a relucir –de forma casual o no, es lo que tiene el subconsciente– la propia palabra cultura.

Un vistazo rápido por la red y una entrada ya nos indica que esta palabra cuenta con más de 160 definiciones distintas. Lejos de decaer en el intento al ver esa cifra, vamos a lo que nos compete: la etimología. La palabra cultura en español viene de cultus en latín, que significa cuidado del campo o ganado y se remonta a la raíz indoeuropea kwel. Se puede argumentar que el vocablo comparte origen con una serie de palabras, todas relacionadas con promover el crecimiento o nacimiento de algo, ya sea agrícola, colono o cultivo. Extraemos del término cultura, por tanto, más que su significado, su significante, una imagen sensorial: la procura del crecimiento.

El antropólogo británico Edward Burnett Tylor arroja un matiz muy interesante en su texto El concepto de cultura: textos fundamentales, que hace que nos inclinemos por su acepción, sobre las otras. Define la cultura como «un complejo conjunto que incluye conocimientos, creencias, arte, moral, leyes, sistemas de producción y distribución de la riqueza, costumbres y demás hábitos y capacidades adquiridos por el ser humano como miembro de la sociedad». Dentro de estas líneas, Burnett Tylor da en la diana: señalando el paso acompasado de cultura y la sociedad.

ODS: un cambio sistémico

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible llegaron en 2015 para afinar intenciones sobre sus precedentes, los ODM (Objetivos de Desarrollo del Milenio). Diecisiete Objetivos y 169 metas para trabajar por un cambio en nuestra forma de comportarnos como sociedad, con nosotros y con nuestro entorno, para crear un mundo más justo, diverso, solidario y respetuoso con el medioambiente. En definitiva, un cambio en nuestra cultura predominante. Estos diecisiete Objetivos, con la perspectiva en el año 2030, atajan asuntos concisos, pero diversos, como el hambre, la educación, la igualdad de género o la vida submarina. Sin embargo, en ninguno encontramos mención a ese propulsor social que es la cultura. ¿Debería estarlo?

La cultura y el desarrollo humano son dos realidades unidas en esencia y que no pueden aislarse. No tendría sentido que la cultura fuera el tema principal de un solo ODS, porque forma parte de todos, es un eje transversal, la llave del cambio. Ahora bien, si trascendemos del sentido hacia la industria, el gran reto es adaptar nuestra forma de producir cultura y dejar de responder a un modelo de consumo incompatible con el desarrollo sostenible.

Un sector cultural verde que ya ha comenzado

El sistema cultural busca diversas estrategias para ser más sostenible, desde los contextos locales hasta la cooperación internacional. En el gigante audiovisual, hemos visto a Netflix crear su propio departamento de sostenibilidad a finales de 2020 y anunciar sus compromisos de reducción en marzo de 2021. Amazon ha hecho públicas sus acciones de sostenibilidad a nivel corporativo con compromisos ambiciosos de reducción de emisiones que están ya trasladando a su división de producción audiovisual. HBO y Disney se suman a la lista de empresas que dan importancia a este tema. La sostenibilidad se convertirá en el nuevo business as usual y será, gracias a la incorporación del enfoque sostenible en la gestión de la cultura y la planificación de los proyectos culturales.

Guía Hacia una Cultura Sostenible

Sentar las bases para que las prácticas culturales se alineen con la Agenda 2030, comprometiéndose con el desarrollo sostenible y la emergencia climática, es la prioridad. La Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible (SDSN) tiene entre sus objetivos la elaboración de herramientas prácticas que ayuden a implementar los ODS en distintos ámbitos y para ello, publica guías que orientan sobre cómo integrar y aplicar la Agenda 2030 en distintos campos: las universidades, el turismo, las ciudades… y, cómo no, en el sector cultural. El manual Hacia una Cultura Sostenible se estructura en cuatro capítulos: los dos primeros ayudan a entender la dimensión cultural del desarrollo sostenible y las distintas conexiones que se producen en el sistema cultural, y los dos segundos abordan la integración y aplicación de los ODS al proyecto o institución, con casos de éxito prácticos, como Movimiento Dante o The Water Office.

ODS y sensibilización en el entorno educativo: Platino EDUCA

Platino EDUCA es una plataforma innovadora que utiliza el audiovisual y el cine como herramientas educativas, tanto para colegios como para universidades. Es un proyecto para ayudar a las empresas a participar en acciones que fomenten los Objetivos de Desarrollo Sostenible que tiene el respaldo de más de 7000 productores españoles y latinoamericanos y cuenta con más de 240 obras y un catálogo potencial de más de 400.000.

Ficción audiovisual para cambiar la realidad

La Academia Española de Cine trabaja en la generación de un Sello Verde que certificará la implementación de medidas de producción sostenible para diferentes formatos. Málaga, Mallorca y Tenerife cuentan con guías y certificados ambientales propios para las producciones rodadas en su territorio y diversos actores del audiovisual español se han unido para generar la Alianza para la Producción Audiovisual Sostenible, una asociación con el objetivo de acompañar al sector en su transformación.

Reducir el impacto negativo de las producciones y maximizar el impacto positivo es una meta primordial para todos los profesionales del sector. Este propósito mueve a Fiction Changing the World, una productora audiovisual sostenible, que trabaja tanto en la disminución del impacto negativo de la producción, como en la creación de formatos de ficción y entretenimiento que sirvan para transmitir a los espectadores información importante sobre Desarrollo Sostenible.

Los grandes eventos del sector, los festivales, también cuentan con medidas y versiones eco, como Another Way, un festival que nace para informar, sensibilizar y educar ante la crisis climática a través del cine y actividades lúdicas.

La cultura es un proyecto inacabado, que siempre está por escribir. Por suerte, aún tenemos la oportunidad de cambiar nuestro devenir: con nuestras palabras, en nuestras acciones y en nuestras yemas dactilares está la puerta hacia el futuro que construyamos juntos. Seamos conscientes, seamos cultos, hagamos crecer una realidad sostenible.

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